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lunes, 14 de mayo de 2012

GLI UOMINI, CHE MASCALZONI...



Título versión: ¡Qué sinvergüenzas son los hombres!
Año: 1932
Duración: 67 min.
Nacionalidad: Italia
Director: Mario Camerini
Guión: Aldo DeBenedetti, Mario Camerini, Mario Soldati
Música: Cesare A. Bixio
Fotografía: Domenico Scala, Massimo Terzano
Reparto: Vittorio De Sica, Lia Franca, Cesare Zoppetti, Aldo Moschino, Carola Lotti, Anna D'Adria, Gemma Schirato
Producción: Società Italiana Cines



Podría escribirse un libro específicamente consagrado a examinar la originalidad y la gran singularidad del cine italiano a la hora de dar título a las películas. El cine español de los años 50 y 60, todo sea dicho, tomó mucho de la cinematografía del país vecino: temáticas; ambientación; estilo, tanto en la forma de hacer comedia o melodrama… También la inspiración y el tono, movidos entre el costumbrismo y la gramática parda, para rotular películas, sean nacionales o extranjeras (re-titulación).

El film Peccato che sia una canaglia (1954 -Alessandro Blasetti) fue retitulado en España La ladrona, su padre y el taxista. Y El vigile, pasó a denominarse El alcalde, el guardia y la jirafita, 1960 – Luigi Zampa. Como podemos comprobar, el pupilo se esfuerza por superar al maestro. Porque, sin duda, los italianos tienen maestros indiscutibles en el arte cinematográfico y no se quedan cortos en la artesanía del rótulo. Veamos otras muestras: Policarpo, ufficiale di scrittura (Policarpo, calígrafo diplomado, 1959 – Mario Soldati);  Il buono, il brutto, il cattivo (El bueno, el feo y el malo, 1966 – Sergio Leone); Bello, onesto, emigrato Australia sposerebbe compaesana illibata (Bello, honesto, emigrado a Australia quiere casarse con chica intocada, 1971 - Luigi Zampa). Y en este plan…

La película que ponemos esta semana en Cinema Genovés tampoco es manca en cuanto al titulito de marras. Pero, nadie se llame a engaño. A pesar del vergonzante nombre que preside el film, nos hallamos ante un trabajo de suma importancia, uno de los títulos más notables del cine italiano de los años 30. La historia es banal y convencional. Ya saben: chico conoce chica, se enamoran, malentendidos, chico pierde chica, ambos se buscan  y, finalmente, se reencuentran. E tutti contentiNi en el título ni en la trama de la película, sin embargo, encontramos los grandes méritos de la cinta. Aun así, veamos de qué va la cosa...

Mariucca (Lia Franca) vive con su padre en Milán. El buen hombre trabaja de taxista en turno de noche; la joven, de dependienta en una perfumería. Cuando el padre llega a casa de madrugada, despierta a la hija y la anima a levantarse recordándole cada día el valor del trabajo. De camino al trabajo se cruza con Bruno (Vittorio De Sica), un povverino y magro muchacho con gorra a una bicicleta atado. Naturalmente, la sigue y persigue. La joven se topa con varias compañeras de trabajo y entonces se aperciben de quién les ronda: un don nadie en bicicleta; ellas sólo salen con tipos con coche… 


Henos aquí, en efecto, ante un asunto precursor de El ladrón de bicicletas (Ladri di biciclette, 1948 – Vittorio de Sica), aunque cambiando de vehículo, el cual, sin penetrar en el terreno del melodrama, avanza triunfante en el género de la comedia romántica. Porque es el caso que Bruno, mecánico en un taller, utiliza una triquiñuela para llevarse por las buenas un automóvil a punto de entregar a su propietario, para así recoger como Dios manda a Mariucca y llevarla a comer. No a una cafetería cualquiera, amigo, sino a una trattoria con vistas al Lago Maggiore. 




Allí comen, beben, bailan y gozan de la vida. Hasta que la (mala) fortuna hace que aparezca por el local la mujer del dueño del coche con unos amigos. Eh, mascalzone, llévame a casa. Pero, a la cenicienta nadie la recoge. Desconsolada y humillada queda en el establecimiento, a punto de dar las doce. 

Tras dejar el pasaje en Milán, Bruno vuelve a todo gas al Lago a por Mariucca. Pero un accidente de tráfico frustra la carrera. Apiadándose de la chica abandonada, la familia del tabernero le da cobijo para pasar la noche, llevándola, al día siguiente, de retorno a la ciudad.




Desde ese momento, comienza el cortejo de verdad. Mariucca deja el trabajo para no volver a ver al sinvergüenza de Bruno. Ahora está tras el mostrador de un puesto en la feria de Milán. Allí coinciden otra vez. El destino del amor... Bruno pretende enamorarla de nuevo, busca trabajo de charlatán para estar cerca de ella, le habla, se perfuma, galantea. En fin, la vida… 

Bruno lleva, ahora sí, a Mariucca a su casa. Allí le espera el futuro suegro, quien no sólo le da la mano de su hija, sino además el volante del taxi…






Película, rodada a un ritmo endiablado, sean las carreras en automóvil o en bicicleta. Filmada gran parte de la misma en exteriores, muestra unas panorámicas magníficas de Milán y sus alrededores. Las secuencias encajan a la perfección, y contiene, eso sí, mucho del realismo, la ternura y encanto de El ladrón de bicicletas

Con todo, a uno le hace recordar, sobre todo, Lonesome, la obra maestra de Paul Fejos, por el asunto de fondo, la simplicidad y el control narrativo, la  vitalidad de las imágenes y la muy lograda labor de montaje. A lo que hay que añadir las fenomenales interpretaciones y el muy tonificante tono de una comedia clásica. Una película para disfrutar y recordar.







8 comentarios:

  1. Yo estoy pez con el cine italiano de esas fechas don Fernando, he visto algo de Camerini pero más reciente de la decada de los 40-50-60 o por ahí, grabadas en un ciclo hace unos años por TV.
    Intentaré buscarla, sólo por recordar a la de Fejos, y a su buen trato tiene que merecer la pena.

    Saludos
    Roy
    Saludos
    Roy

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  2. Recapitulando, mirando la desordenada videoteca, si que he visto cine Italiano de esas fechas, aunque no mucho, sólo recuerdo "Treno Popolare" , de R. Mattarazzo, que creo que es también del 32, pero la recuerdo muda, no estoy seguro. El ciclo al que hacia referencia antes no era de Camerini , era de Dino Risi.

    Salute.
    Roy

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    1. Pues yo veo, amigo Roy, que usted se mueve en aguas cinematográficas italianas como pez en el agua..

      Para mi gusto esta es una de las mejores películas de Camerini, quien por otra parte realizó sus mejores trabajos en los años 30 y 40, justamente.

      Salucines

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  3. Vaya, por el título cualquiera diría que se trata de una cinta de destape a la italiana... Como ya me ha quedado claro que la cosa va por otro lado me pondré a buscarla, que me encanta el cine italiano.

    Un saludo

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    1. Sí, sí, amiga Mara, el títulito del film es bastante desvergonzado... Por eso me he permitido la pequeña introducción sobre títulos. Para que no hubiese confusiones. Ánimo con la búsqueda.

      Salucines

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  4. Yo también prometo verla, tu crítica ha hecho que el gusanillo empiece a trabajar.
    Estupendo trabajo (como siempre) Mr. Genoves.

    Salucines

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  5. Gracias, amigo David, por tu amable comentario.

    Ya verás que esta estupenda película no te decepciona.

    Salucines

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  6. Pues a mí me parece que el título tiene gracia.

    Y los títulos que se ponían en España a veces eran todavía más afortunados que los originales.

    Saludos.

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