Páginas

lunes, 18 de febrero de 2013

JOHN CROMWELL REVELADO: BANJO ON MY KNEE (1936)




Iniciamos esta semana en Cinema Genovés un ciclo sobre directores brillando en la penumbra. Como habrán adivinado, traeremos uno a uno, por orden de aparición en el libro, los cineastas cuya vida y obra hemos examinado en el primer volumen de Hollywood revelado. Cada entrada estará destinada a un capítulo del libro, del que extraeré un breve fragmento a modo de entradilla, a partir del cual comentar brevemente, por mi parte, una película perteneciente a la filmografía del director correspondiente. Una película a la que tenga especial predilección, lo que no significa deba de ser la mejor de todas ni la más conocida. Se trata, sencillamente, de traer a cuento y comentario una de las que más me gusta.

En Hollywood revelado no nos ocupamos, necesariamente, de aquellos artistas del celuloide ni de las películas que son objeto de nuestro particular gusto o interés. En la serie nos consagramos a un análisis cinematográfico lo más objetivo y equilibrado posible. Ahora y aquí, en este blog mío (y de ustedes), permítanme un capricho...


Año: 1936
Duración: 95 minutos
Director: John Cromwell
Guión: Nunnally Johnson, a partir de la novela de Harry Hamilton
Música: Jimmy McHugh
Fotografía: Ernest Palmer
Reparto: Barbara Stanwyck, Joel McCrea, Walter Brennan, Buddy Ebsen, Helen Westley, Walter Catlett, Tony Martin, Katherine DeMille
Producción: Twentieth Century Fox

«Está visto que ser un heterodoxo en cualquier género juega en contra de uno porque le aparta de unas señas de identidad definidas y le da demasiada amplitud como para que pueda ser definido. Y Cromwell no era como Jacques Tourneur, Otto Preminger o Douglas Sirk. Y mucho menos era como John Ford; él jamás se habría presentado diciendo "Me llamo John Cromwell, hago westerns" (un género en el que nunca participó, por otra parte), más bien habría dicho «Me llamo John Cromwell, hago películas».

En general, Cromwell se entendió mejor con la literatura popular y con ciertos autores marginales que con los grandes clásicos, pues ni su adaptación de Mark Twain en Tom Sawyer (Las aventuras de Tom Sawyer, 1930) ni su adaptación de Charles Dickens en Rich Man’s Folly (1931) podrían considerarse memorables pese a su enorme interés, sólo son eso que suele llamarse "películas correctas". El estilo de Cromwell no era ni tan refinado como el de William Wyler ni tan denso como el de Jacques Tourneur después de sus colaboraciones con Val Lewton; tampoco resultaba tan inteligente como el de Joseph Leo Mankiewicz. Pero a cambio supo ofrecer credibilidad y lirismo en los mejores momentos de su carrera
HILARIO J. RODRÍGUEZ


Banjo on My Knee representa, a mi juicio, uno de los mejores momentos de la carrera cinematográfica de John Cromwell, un film rebosante de «credibilidad y lirismo», un título pleno de amor al terruño y al espacio ancestral, cuna de los personajes, en este caso el Mississipi, verdadero protagonista del film, río exuberante que marca el fluir existencial de sus habitantes.

Banjo on My Knee es una típica producción de Twentieth Century Fox. En ella está cariñosamente recreado el mundo rural, la gente corriente, las vidas ordinarias, mas no por ello menos dignas y aun ejemplares. El argumento que sirve de base a la trama, aunque muy bien pulido por la experta mano de Nunnally Johnson, es lo menos importante en esta narración fluvial y vital sobre la fuerza de vivir, la nostalgia y la tradición. A todo esto, Cromwell añade con gran habilidad un contenido romanticismo, muy ajustado a la situación y al escenario de los hechos.


Pearl Holley (Barbara Stanwyck) y Ernie Joley (Joel McCrea) celebran su matrimonio con una fiesta en la barcaza familiar del padre de la muchacha. Sucede de pronto una reyerta y Ernie golpea a uno de los invitados, quien cae al agua y se le pierde de vista. Creyendo, erróneamente, que lo ha matado, huye y se esconde en Nueva Orleans. Ahí y así —abrupta y decepcionantemente— acaba la luna de miel de la pareja. Pearl corre en busca de Ernie. Más tarde, el supuesto fallecido aparecerá en escena, quedando el caso resuelto y con un final feliz. Pearl y Ernie podrán, al fin, celebrar de verdad su unión bajo la luna del Mississippi.


Una de las secuencias más memorables y conmovedoras de la cinta tiene lugar en un bar de la ciudad sureña. Allí, Newt Holley (un impagable Walter Brennan) pone música y color a la vida sencilla en blanco y negro de la localidad. No me canso de disfrutar visionando esta exhibición musical sencillamente sublime. Durante la misma, Pearl, la hija, acude al establecimiento y escuchando el viejo canto de sirenas del Banjo on My Knee se siente atrapada y arrastrada sin remedio al origen de su vida, al origen de la vida, al Mississippi, al río de la vida. 


La composición de la secuencia demuestra la maestría de John Cromwell, un director brillando en la penumbra. 



En Youtube puede encontrarse la película íntegra en VO y disfrutar así de otras escenas extraordinarias como esta:




4 comentarios:

  1. Hola, Fernando, buenas noches; una lástima que no esté disponible en castellano y/o con subtítulos (mi inglés no da para seguirla con la fluidez deseable), porque tiene una pinta excelente, y, además, andando por ahí suelta esa señora que atiende al nombre de Barbara Stanwyck, palabras mayores...

    Un abrazo y hasta pronto.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Manuel, buenos días...

      Buscando, buscando, tal vez encuentres en internet alguna versión con subtítulos en español de esta extraordinaria película. Me lo ha dicho un pajarito...

      Salucines

      Eliminar
  2. Pues verdaderamente me la has revelado, no la conocía y Barbara Stanwyck qué joven....voy a intertar como dices buscarla, porque este tipo de joyas me fascinan.
    Y ante todo Felicidades por el libro.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Susan. Adelante, pues, con esta peli que seguro te gustará. Ya me cuentas...

      Visito tu blog uno de estos días, ¿ok?

      Salucines

      Eliminar