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lunes, 19 de mayo de 2014

THEY MET IN BOMBAY (1941)



Año: 1941
Duración: 92 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Clarence Brown
Guión: John H. Kafka, Edwin Justus Mayer, Anita Loos, Leon Gordon
Música: Herbert Stothart
Fotografía: William H. Daniels
Reparto: Clark Gable, Rosalind Russell, Peter Lorre, Jessie Ralph, Reginald Owen
Producción: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)


Clarence Brown (1890-1987), director clásico donde los haya, realizador de una obra exquisita y responsable de algunos de los títulos más meritorios de la historia del cine, es un cineasta apenas conocido, u olvidado sin más, por la crítica del ramo y gran parte de aficionados al cine.  Cuando se da el extraño caso de que brote algún comentario o reseña escrita sobre su biografía y filmografía, suele venir acompañado de expresiones de este tipo: «the forgotten director» (el director olvidado); «all-but-forgotten movie giant» (gigante del cine prácticamente en el olvido); «un “no” autor, director de obras maestras».

Pionero del cine mudo, en el que llevó adelante trabajos memorables y de enorme fuste —El último mohicano (1920), The Trail of '98 (1929)— y director de referencia de las películas más notables y famosas de Greta Garbo —El demonio y la carne (1926), Ana Christie (1930), Ana Karenina (1935)—, Brown tiene en su haber, además, títulos que a muchos les sonará, Vinieron las lluvias (1935), Of Human Hearts, (1938), The National Velvet (Fuego de juventud, 1944, El despertar (1945), aunque duden a la hora de nombrar al director que los alumbró.


Si bien fue en el género del drama, y aun más, el melodrama, donde realizó la mayor parte de su obra, es justo advertir que en el periodo silente dio muestras de dominar con pericia y oficio el género de la comedia e incluso del cine cómico:

«El film más célebre de este periodo [de los dirigidos por Brown en los años 20 del siglo XX] es The Eagle (1925), interpretado por un Rodolfo Valentino en pleno esplendor. El título muestra una habilidad narrativa para la aventura y la comedia que, lamentablemente, no tendrán continuación en el resto de la filmografía del cineasta. De hecho, el registro temático y de géneros en que se mueve es muy reducido. No rueda un solo western, por citar una circunstancia particular, y apenas se aleja del drama y el melodrama.
En cuanto a la comedia, la capacidad demostrada para este género queda limitada al periodo silente. Kiki (1926) penetra sin retraimiento alguno en el territorio del cine cómico, con una Norma Talmadge, productora y protagonista del film, literalmente desatada; como, por lo demás, exigen el guión y el género. El mismo año realiza The Flesh and the Devil, probablemente el trabajo más perfecto de Brown, título que contiene, dicho sea de paso —especialmente en la primera parte— divertidísimas secuencias. La incursión en el cine sonoro no reporta nuevas ocasiones de desarrollar la vis cómica en las películas de Clarence Brown. Incluso una —sobre el papel— típica comedia, como es Wife vs. Secretary (1935), avanza progresivamente hacia el melodrama (género en el que el cineasta se mueve más a gusto), aunque tenga un final feliz.»

Fragmento de mi monografía «Clarence Brown, un filmmaker entre silencios», capítulo 3 del volumen Hollywood revelado. Diez cineastas brillando en la penumbra (Ártica, 2012).


They Met in Bombay (1941), representa una muestra excepcional de la formidable capacidad de Clarence Brown para la comedia, género que apenas frecuenta en la etapa sonora de su filmografía. La base argumental del film recuerda bastante, en un principio, la película dirigida por Ernst Lubitsch, Un ladrón en la alcoba (Trouble in Paradise, 1932). En esta ocasión, no es el paraíso veneciano, sino en Bombay (ellos se conocieron en Bombay), donde coinciden dos ladrones de joyas, Gerald Meldrick (Clark Gable) y Anya Von Duren (Rosalind Russell), él haciéndose pasar por agente de seguros de la casa de subastas Lloyd’s de Londres y ella, por una aristócrata en viaje de placer. Con tales identidades falsas se registran en el hotel donde está hospedada la duquesa de Beltravers (Jessie Ralph), quien, según informa la prensa en grandes titulares, lucirá durante su estancia en la ciudad india un fabuloso collar de diamantes, del que es propietaria.

Meldrick además de en la joya fija su atención en la bella Von Duren; ciertamente, bellísima Rosalind Russell en el film. Pronto descubre que es una impostora. La corteja y le sigue el rastro porque desea poseer ambas gemas, aunque la joven no responda al nombre de Gemma sino que dice llamarse Anya. Tras urdir una intriga a dos bandas, y acabar robándose mutuamente la valiosa alhaja, huyen juntos del hotel y la ciudad, embarcándose en un navío comandado por capitán Chang (Peter Lorre), dedicado a toda clase de comercios. Sabueso que huele la presa con facilidad, Chang averigua quienes son en realidad los pasajeros extranjeros, y lo que esconden, denunciándolos a la policía para así cobrar la recompensa anunciada por su captura.






Film de enredos, embrollos y carambolas, pura comedia al fin y al cabo, Meldrick logra escapar de las autoridades locales adoptando ahora la identidad de oficial de las fuerzas británicas acantonadas en Bombay y otras ciudades de la India, no confundir con Cantón, que está en China. Llegados a este punto, es Anya quien sigue por las calles a Meldrick, más apuesto que nunca embutido en su uniforme militar. De tal guisa es movilizado y llevado al cuartel, nada más percatarse los mandos británicos de una inminente invasión de tropas japoneses en suelo indio.


El oficioso oficial no sólo capitanea las fuerzas a su mando, sino que lucha bravamente y con heroicidad venciendo al enemigo. Mas la victoria trae conflicto. En un mismo despacho del acuartelamiento militar el jefe de policía, que ha localizado al truhán fugado, y el comandante del ejército británico rivalizan entre sí: el primero quiere ponerle las esposas; el segundo, colgarle una medalla al valor. Finalmente, comedia a la postre, Meldrick consigue salir bien librado del tinglado. Se queda sin collar de diamantes, como tenía en mente, pero, en su lugar, sigue su camino con la condecoración prendida del pecho y a la bella Anya colgada del brazo.


Brillante, divertido, dirigido con brío e ingenio, con unos protagonistas de lujo, They Met in Bombay, es un film de Brown que aun no estrenado en España (ya saben, el «director olvidado»), merece verse. Cómo hacer para asegurarse el visionado, eso, amigos míos, se lo dejo a ustedes, a su iniciativa e imaginación, junto a esta reseña.





2 comentarios:

  1. Ya el cartel con esa pareja invita a darse el gusto de revisarla.:-)
    ¡Qué suerte que nos vayas descubriendo éstas "rarezas"! que no lo serán, pero en el momento que vivimos..ummm.. casi.

    Salucines

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    1. Gracias, amiga Abril. Y no olvides las sabias palabras del divino filósofo Spinoza: "Todo lo excelso es tan difícil como raro."

      Salucines

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