Páginas

miércoles, 20 de enero de 2016

ALIAS JIMMY VALENTINE (1915)


Título original: Alias Jimmy Valentine
Año: 1915
Duración: 50 minutos
Nacionalidad: Estados Unidos
Director: Maurice Tourneur
Guión: Maurice Tourneur a partir del relato de O. Henry «A Retrieved Reformation», llevado a su vez a la escena por Paul Armstrong.
Reparto: Robert Warwick, Robert Cummings, Alec B. Francis, Frederick Truesdell, Ruth Shepley, Johnny Hines, D.J. Flanagan, Walter Craven, John Boone, Thomas Mott Osborne
Producción: Peerless Productions


Alias Jimmy Valentine (1915) es una de esas joyitas contenidas en la etapa silente del cinematógrafo que, en su sencillez y concreción, en su primitiva perfección, muestran la grandeza de un periodo del cine verdaderamente irrepetible. El mismo año de su estreno ve también la luz El nacimiento de una nación (The Birth of a Nation, 1915), largometraje producido y dirigido por David W. Griffith, considerado simbólicamente como el acta natalicia del Séptimo Arte. 

Estamos, pues, en la fase pionera, en la invención creativa del cine, cuando muchos de sus hacedores eran necesariamente aprendices, amateurs, descubridores, muchos de ellos gente anónima, en aquellos tiempos en los que los títulos de crédito eran tan menguados como el metraje de las películas (comparados con la extensión y largura del presente). Repárese en el siguiente dato: se desconoce el nombre del operador y responsable de la extraordinaria fotografía de Alias Jimmy Valentine, cuando, precisamente, señalo uno de los apartados más valiosos de la película. Otros datos relevantes del film sí nos constan.

Escrito y dirigido por Maurice Tourneur, la trama de la película está inspirada en un breve cuento de O. Henry, publicado en la revista Cosmopolitan en 1903, y muy conocido entre el público norteamericano al tratarse de un texto de lectura habitual en las escuelas de EE UU para el buen dominio del idioma inglés. De hecho, la historia original tuvo una primera adaptación teatral y varias concebidas para la gran pantalla, si bien el trabajo de Tourneur es con mucho el de mayor valor y perdurabilidad. The Library of Congress & Smithsonian de Washington la seleccionó, junto al film The Narrow Road (1912), dirigido por D. W. Griffith, para ejemplarizar los orígenes del cine de gángsters, promoviendo a la sazón la restauración y edición de un compacto que incluye ambos títulos.

El protagonista del film, interpretado por Robert Warwick, lleva una doble vida. Durante el día, actúa como un hombre respetable. Pero, por la noche, a las doce en punto, se transforma en un ladrón de bancos, conocido en el mundo del hampa por el alias de Jimmy Valentine (no conocemos el nombre real del personaje). 

Junto a otros miembros de la banda, organiza el robo de una entidad bancaria. La secuencia en cuestión está rodada con gran virtuosismo: un picado desde una grúa, en plano secuencia angular y con una muy lograda profundidad de campo, da cuenta de la acción, como si los personajes se moviesen en un laberinto.



Valentine es un tipo refinado y aun elegante, aunque su principal don está en su oído: aplicando la oreja al mecanismo de apertura de una caja fuerte, no hay puerta blindada que se le resista. Todo va bien para los atracadores una vez dentro del banco, hasta que el ruido provocado por la caída accidental de un objeto, llama la atención del guarda nocturno del local, así como del perro guardián que ladra con gran energía. Se producido un tiroteo, acude la policía y detiene al miembro del grupo que se encontraba en el exterior, justamente con la misión de avisar en caso de peligro, ingresando poco después en prisión. Los demás consiguen escapar.


El detective Doyle (Robert Cummings) tiene indicios de la identidad de Valentine. Lo busca en la vivienda de éste, pero logra escapar, aunque el cigarrillo todavía encendido dejado en el cenicero (con un pajarito decorativo: el pájaro ha volado), confirma al agente que la ausencia repentina del inquilino no se debe tanto a la simple salida a la calle cuanto a una fuga. Jimmy y Cotton (David Flanagan) matan el tiempo en el vagón de un tren jugando a las cartas y bebiendo whisky. En un momento determinado, Cotton se desplaza a otro vagón del tren, donde se encuentra Rose (Ruth Shepley), a quien importuna. La joven pide ayuda y acude Valentine (ladrón y caballero). Ambos socios entablan una violenta pelea que termina con Cotton lanzado sobre la vía del tren, muriendo poco después como resultado de las heridas causadas por la lucha y la caída.


El cerco se cierra sobre Valentine, a quien Doyle sigue la pista como un sabueso, decidido férreamente en terminar con la ola de atracos a bancos desatada en la ciudad. Valentine es, finalmente, detenido y condenado a diez años de encierro en Sing Sing. Un día, el vice-gobernador y su hija realizan una visita al penal, durante la cual el alcaide muestra a los invitados las habilidades de algunos de los reclusos, justamente las que les ha llevado a donde están. Por ejemplo, un tipo experto en imitar la firma de cheques bancarios; otro, perito en abrir cajas fuertes…, esto es, Valentine.


La muchacha no es otra que Rose, la chica del tren, quien reconoce de inmediato a su salvador, vestido ahora con un traje pagado por el Gobierno. El director de la cárcel pide a Jimmy que haga una demostración de sus destrezas con la caja fuerte de su despacho: Valentine (ladrón y chico listo, quien nunca ha confesado sus delitos), pregunta por la combinación, ya que sin ella no sabría qué hacer... Esta actitud enfurece al alcaide, al tiempo que conmueve el corazón del subgobernador y todavía más, el su hija.

Ambos mueven los hilos necesarios para lograr la excarcelación de Valentine, a quien incluso ofrecen un trabajo como ¡empleado de un banco! Tal es la confianza y la estima depositadas en él. No menor que la que Jimmy tiene con sus antiguos compinches, a quienes consigue, poco después, que sean contratados en su misma empresa. La rehabilitación social de la banda está en marcha, aunque el tenaz Doyle no cree en tales transformaciones, por lo que no quita ojo a Valentine, esperando pacientemente la ocasión de volver a pillarle in fraganti; he aquí la moraleja del cuento que centra el texto de O. Henry.


La prueba se presenta de repente. Acaba de renovarse la caja fuerte en el banco. Sólo el director, que está de viaje, conoce de momento la combinación. Rose y sus hermanos pequeños hacen una visita a Valentine al banco. La niña se introduce dentro del habitáculo blindado. Sin percatarse de que ha quedado en su interior, lo cierran. Alarma general. La clave de la apertura es desconocida. El tiempo pasa y hay peligro de que la pequeña perezca por falta de oxígeno.



He aquí el dilema de Valentine, observado atentamente por Doley: si abre la caje, se delata; si no lo hace, la hermanita de Rose puede morir. Ladrón y buena persona, Valentine se decanta por la primera opción. Ayudado por un antiguo compinche, pone todos sus sentidos en la labor. Comoquiera que el principal es el oído, se venda los ojos, lijas las yema de sus dedos, a fin de concentrar toda su sensibilidad en escuchar el palpitar de la caja acorazada. El espectador debe descubrir la resolución de la acción. No spoiler!

Soberbia película, temprana pero ya de una madurez sorprendente, una fluidez narrativa, un suspense, una belleza formal, una calidad, en fin, que un siglo después de su estreno siguen maravillando y emocionando al buen aficionado al cine.



No hay comentarios:

Publicar un comentario